3/11/08

Compre una rosa y un helado

Camino a tu casa compre un helado y una rosa. Sin dinero en el bolsillo salí temprano para llegar puntual a mi visita inesperada, en el camino tropecé con mis celos y el helado, se cayó. El helado quedo tendido sobre el lodo, maldita la lluvia por caer y destruir tu helado. Muy idiota yo cogí los restos de fresa y lodo, para que creas mi esfuerzo. Pero el suelo estaba lleno de celos y se mesclaron con mis manos. Con cada paso te imaginé desnuda y sola, olvidándome sin rencor, doblando las puntas de tus cabellos. Una mano rodea tu cintura y sonríes, contando todos tus secretos, te creí sola, ahora solo cae una lágrima en mi rosa en cada paso. Al último paso estabas sentada en la puerta de tu casa, tu rostro parecía preocupado, levantaste la mirada y corriste. Tocaste mi rostro y secaste mis lágrimas. Comiste del helado y te alegraste de la rosa seca, fueron años mi camino, pero estuviste sentada en tu puerta. Perdóname

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si una mano rodeó su cintura, entonces no hay que pedir perdón. Una interesante prosa :), espero leerte seguido aquí. Y si no, espero me leas a mí.

Entonces,
Hasta luego.

pelicanopitekus dijo...

Los celosos deben comprarle chocolates a su amada.Ella no tiene por qué tragarse un helado con tierra para demostrar nada.
En todo caso, muy bien planteado como figura literaria.
SALUDOS

VERDE dijo...

"estuvo sentada en su puerta" que tanta seguridad tienes de eso (jojojo), bueno, que ella coma el helado de celos es un poco chocante, como siempre pues Roberto. Saludos, espero sigas publicando más.