Teresa, mujer de 58 años. Retardo mental y esquizofrenia. Coge el trapo. Detrás de la refrigeradora está la escoba. Teresa barre la sala. La hora, son las dos y cincuenta y cuatro de la madrugada. Teresa no duerme. Tampoco limpia la sala. Es tan ciega y tan inútil que sólo llega a mover el polvo de un lado a otro. Con su retardo y su ceguera tiene todavía quince años y quiere que su mamá fallecida esté orgullosa.
¿Por qué me cuentas esto, Juan?
Te quiero hacer llorar.
Ah, sí... ocurrió en navidad.
1 comentario:
Esto va conttra el prejuicio de los principios. Muy buena.
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