Antes de...

No quiero confundirlos... Antes que nada soy una vela ¿Y qué hago? Lo que todas las velas hacen... escribir en un blog... chistosito el nombre por cierto.

Ya, ajá... si el tema es navidad, me imagino que esperan alguna historia navideña de esas típicas junto a la chimenea y con el chocolate caliente en la mano. Esas que juntan a la familia por un momento para compartir risas y recuerdos.

Bien... si hago memoria de repente me acuerdo de mi primera navidad. Esas son pero estupendas. Las primeras veces ¡Pues no! Imbecilito qué crees... si soy una vela estúpido. Si me prenden para una navidad me extingo... ¡me voy! No tengo primeras veces... Lo que tengo son casis. Recuerdo que casi me prenden porque se había ido la luz... y si no me equivoco creo que era la víspera de navidad.

Entonces estaba yo pensando cómo terminar un libro que estaba escribiendo en ese tiempo. Ya dije que las velas escribimos no sólo en blogs ¿No lo dije? Bueno... escribimos no sólo en bolgs. Entonces se va la luz. Digo ahorita me prenden. Me quedé calladita calladita. Después de un rato escucho un golpetazo. Había corrido alguien a la cocina y se había resbalado con unas sandalias que si el oído no me falló, no debían estar ahí. Entonces estoy ahí y digo ahorita me coge. Se oye la cajita de fósforos. Chish chish. Y se enciende uno. Entre esa luz medio baja me ve este niñito. Yo le pongo mis ojitos de señor no me lastime. El niño me coge igual y cuando me va a prender se escucha el reventón de fuegos artificiales afuera. Un poco de bulla y luego unas voces gritando ¡Feliz navidad! El niñito se quedó con el fósforo en la mano. A mi me dejó a un lado. Se recostó sobre la pared y se quedó sentado hasta que el fósforo se consumiera. De nuevo en oscuridad escuché que el niño empezaba a llorar.

¡Ah! cómo la ven... casito me voy eh... a bailar ahora que estoy vivo... a celebrar...

...¿No? pero...Tsss